Implantar sistemas de gestión ambiental certificados. Disminuir gradualmente el uso de combustibles fósiles y sustituirlos por fuentes de energía renovable. Invertir en tecnologías sostenibles y menos intensivas en la emisión de CO₂. Integrar la cultura de lucha contra el cambio climático en la cadena de suministro, exigiendo a proveedores certificaciones y políticas ambientales y calculando sus emisiones. Sensibilizar y formar a empleados, proveedores y grupos de interés. Fomentar la movilidad sostenible.
La ONU calcula que el coste anual de los desastres naturales es de entre 250.000 y 300.000 millones de dólares.